martes

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Ella. “Ella igual que como “elle (pronombre femenino que confunde al lector). La niña inocente. Inocencia pervertida igual que una flor abierta. La niña que grita palabras desnudas, sucumbiendo al placer. Mientras cierra los ojos se vuelve oscura, densa. La decisión tajante es parte de ella. Los ojos de él lloran caricias. No puede invadir aquel muro de concretas determinaciones. Y le duele su propia inocencia que en una burda comparación resulta pálida e insípida entre sus lenguas.
¿Es ella la niña o es él el infante? ¿Quién se despoja de las ropas primero antes que de sus propios juicios?
Ella ya no llora, está más allá, idealizando aquel otro bosque, donde pueda deshacerse de todo malestar, toda melancolía ajena.
Ella con toda una vida en sus pupilas.
Ella la perversión pura, la inocencia corrompida.

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