retazos
de un perchero vacío
y una camisa arrugada
pensar
en el viento intrínseco
de tu cuerpo inundado
junté tus manos rotas
y cerré mi boca
para no llorar
puedo oír
el crujir de tu
fuente de placer
rompiéndose
puedo ver
el ruido de las sirenas
agónicas
me siento
frente a las gradas
de la iglesia
reclamando
una excusa
estoy sola
mi hombre se ha ido
retazos
de una camisa
que ya no existe
veo a tu padre llorar
frente a los armarios vacíos
retazos
de una mujer
que ya no existe
sepultada
en la infancia
nula
carente
la figura
este cuerpo
que no me pertenece
es usado y atado
No hay comentarios:
Publicar un comentario