Me seduce una imagen que quiero para mí
ilustrada en figura
de hombre. Esta noche auguro
una cercanía impalpable. Lo manifiesto en palabras
exacerbadas que deforman sus formas, su voz, su rostro
y sus manos,
tan llenas de vida
que asustan. Me siento conmovida por su porte
y su ademán, tan claro, tan férreo.
No sé hasta que punto la literatura se mete en mi vida para deformarla mediante ensoñaciones, meras ficciones. Estoy cegada. Preciso concluir inmediatamente con la ficción. Golpe brusco de realidad.
Necesitar, precisar, urgir. Sinónimos de una urgencia.
El hombre de las manos lo ha dicho: intensa, demasiado intensa. Y mirás un poquito más allá. Lucía del más acá. Aquel, del más allá.
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