sábado

el merengue y la crema chantilly en las tortas
son el reflejo pomposo y artificial
que se deja siempre de lado en la torta
los veo de reojo
a los clientes digo
infinidad de veces
desplazar
con indiferencia entrando a una especie de rechazo nulo
esa pasta blanca espesa
esa cosas que irrumpen de improvisto
esa cosa que se deja de lado
y que los gatos comen
cuando los platos están solos

el hombre del subte mira de reojo el andén y está nervioso
yo estoy parada con mi libro
mi libro que habla de libertades agotadas

 me siento incómoda
el hombre mira de reojo
y solo puedo pensar en el asiento
el asiento, viajar sentada
terminar el libro
cursar y trabajar 8 horas
en negro
estar enamorada
sin respuesta
estar enamorada
tres lágrimas
el hombre
mira
mira de reojo
la luz del subte
que se hace una de tan cerca
un cíclope que engatusa con ese rumor
ese ruidito molesto
la gente que se apila frente a la puerta y pienso en
pensar
viajar sentada
estoy tan cansada me digo
y el hombre me mira
de un segundo al otro
me mira
de frente me mira
y sé que lo acontece después de este punto final
y sé que el hombre sabe
y mientras mi boca se expande como una mueca horrorosa
pienso en el trabajo del pobre maquinista
que recojerá los restos del hombre por entre las vías
o en el más penoso de los casos
el mío
y mientras abro los ojos
de golpe
sentada
me acuerdo
que me quedé en la página 56
y que llegué a plaza de mayo

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